lunes, 22 de octubre de 2007

CON EL TIEMPO...


Con el tiempo, uno aprende…
Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma.
Aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad.
Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas….
Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y con la tristeza de un adulto y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.
Después de un tiempo aprenderás que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas…Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma…
Descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla y que tu también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de la vida.
Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos.
Aprenderás que si no controlas tus actos ellos te controlarán y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuán delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados.
Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar.
Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las consecuencias…
Aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica.
Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte.

Aprenderás que hay mucho más de tus padres en vos de lo que supones. Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y sería una tragedia si lo creyese porque le estarías quitando la esperanza.
Descubrirás que solo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero no saben como demostrarlo….
Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores.
Y uno aprende que el AMOR no significa acostarse… Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos. Y después de un tiempo uno aprende que, si es demasiado, hasta el calor del Sol puede quemar.Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno es realmente fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende… y así cada día. Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad.
Con el tiempo te das cuenta de que si estás con una persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.
Aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado.
Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.
Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás a los que se fueron.
Jorge Luis Borges

sábado, 20 de octubre de 2007

"Se despide un genio"

Gabriel García Márquez se ha retirado de la vida pública por
razones de salud: cáncer linfático. Ahora, parece, que es cada vez
más grave. Ha enviado una carta de despedida a sus amigos, y
gracias a Internet está siendo difundida.
Os recomiendo su lectura porque es verdaderamente conmovedor
este corto texto escrito por uno de los Latinoamericanos más
brillantes de los últimos tiempos.



“Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta
de trapo y me regalara un trozo de vida, aprovecharía ese tiempo
lo más que pudiera”.
Posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva
pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que
significan.
Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que
cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría
cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás
duermen.
Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me
tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi
cuerpo, sino mi alma.
A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar
que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que
envejecen cuando dejan de enamorarse!
A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese
a volar.
A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez,
sino con el olvido.
Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres... He
aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la
montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma
de subir la escarpada.
He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su
pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene
atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro
hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.
Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero
realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me
guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.
Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas.
Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir,
te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el
guardián de tu alma.
Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría “te
quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.
Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para
hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que
nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te
olvidaré.
El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy
puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no
esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega,
seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una
sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para
concederles un último deseo.
Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que
los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles
“lo siento”, “perdóname”, “por favor”, “gracias” y todas las
palabras de amor que conoces.
Nadie te recordará por tus pensamientos secretos. Pide al Señor
la fuerza y sabiduría para expresarlos. Demuestra a tus amigos
y seres queridos cuanto te importan.”